La batalla de Cartagena de Indias supone una de las mayores hazañas de la historia de la Armada Española y una de las mayores victorias militares españolas del S.XVIII. Hoy intentaremos dar a conocer como se desarrolló este enfrentamiento entre británicos y españoles, pero primero, con vistas a poder entender bien el conflicto, repasaremos brevemente las causas que llevaron a la Armada inglesa a sitiar esta plaza fuerte situada en la actual Colombia.
La batalla de Cartagena de Indias se enmarca dentro del contexto de "la guerra del asiento" (1739-1748), también conocida como "la guerra de la oreja de Jenkins". Durante estos años, y a pesar de que el poderío militar y económico español estaba en franco declive en el continente europeo, España todavía tenía una posición privilegiada en el continente americano. Gran parte de la riqueza y de la economía española provenía del comercio con las colonias de ultramar. No obstante, y como consecuencia de las derrotas sufridas en Europa (Guerra de Sucesión española: 1701-1713), el Imperio Español se vio obligado a la firma del tratado de Utrecht (1713), con el cual, además de las pérdidas territoriales para España, esta se vio obligada a aceptar licencias que facilitaban a Gran Bretaña el comercio con América (el famoso “asiento de negros”, que permitía a Inglaterra vender esclavos afroamericanos en América y el “navío de permiso”, que permitía el comercio directo con las colonias españolas por compañías británicas).
Todo esto, supuso el fin del monopolio comercial español con las colonias americanas. Una situación que no hizo más que irse deteriorando en las primeras décadas del S.XVIII hasta el año 1729, año en el que se firmó el Tratado de Sevilla, en el que Inglaterra acordó no comerciar más con las colonias españolas. Como consecuencia de este tratado, se reconoce a España el derecho de visita, que consistía en la posibilidad de abordar navíos ingleses por parte de los españoles (en aguas inglesas) a fin de comprobar que no se realizara contrabando ilegal con las colonias españolas. No obstante, el contrabando de mercancías por parte de holandeses e ingleses en el mar Caribe español fue de unas magnitudes tales (hasta 1741, los españoles abordaron 331 buques ingleses y los británicos 231 españoles) que hicieron crecer la tensión entre ambos imperios.
Todo esto, unido al interés británico de disponer de plazas fuertes en el continente americano con vistas a mejorar su posición comercial con las colonias americanas llevaron a que la guerra estallase entre ambas naciones a pesar del tratado de "El Pardo" (enero de 1739) en el que se perseguía un entendimiento que evitase el conflicto bélico. Da comienzo así a la guerra del Asiento (octubre de 1739-octubre de 1748).
Primeros combates de la guerra
Una vez iniciadas las hostilidades entre ambos países, la flota de D. Thomas Waterhouse (compuesta por tres navíos) mueve ficha en primer lugar al atacar La Guaira (en la actual Venezuela). El contingente inglés, que esperaba una sencilla victoria sobre las tropas españolas (comandadas por el capitán D. Francisco Saucedo) acantonadas en los fuertes de la ciudad sufre un revés y se ve obligado a replegar sobre la isla de Jamaica (en posesión de Gran Bretaña) Tan sólo un mes después (noviembre de 1739), el máximo dirigente de la flota británica en el Caribe, el almirante D. Edward Vernon, dirige una importante acción contra Puerto Bello (en la actual Panamá), en la que 6 navíos británicos vencen a las deficientes fuerzas españolas en la ciudad.
Tras este importante éxito de los ingleses, el almirante Vernon, quizá extasiado por la victoria en Portobelo se propone eliminar la resistencia española en la zona, por lo que rinde la fortaleza española de San Lorenzo el Real del Charges (al mando del capitán Juan Carlos Gutiérrez Cevallos) en marzo de 1740. En ese mismo mes, el almirante Vernon vuelva sus ojos sobre la plaza española más importante de la zona, Cartagena de Indias, por lo que la someterá hasta en dos ocasiones a unas maniobras de tanteo para tratar de conocer las defensas y armamento de que disponía la plaza. Una plaza cuyo comandante militar era el ya conocido almirante D. Blas de Lezo, un militar ya curtido en la cruenta Guerra de sucesión española.
A pesar de la gran experiencia de este militar, y de la determinación de las tropas españolas e indígenas que guardaban la plaza, las fuerzas españolas en Cartagena de Indias se encontraban en franca desventaja con las fuerzas Británicas: una proporción de 1:10 en tropas terrestres a favor de los británicos y 6 navíos españoles frente a los 195 que podía reunir la armada británica en la zona del Caribe. Todo parecía indicar, que evidentemente Cartagena de Indias correría la misma suerte que Portobello a manos de la flota inglesa.
Para leer la segunda parte: https://mateopg.com/es/blog/siege-of-cartagena-de-indias-1741-part-ii